La economía de la Unión Europea apenas se sostiene, enfrentando una caída prolongada. El Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona cayó un 0,1% en el cuarto trimestre de 2023, entrando en recesión técnica, según Eurostat. La UE, aunque evitó caer en recesión, se mantiene estancada.
Michael Spence, Premio Nobel de Economía, señaló que “Europa sufre un déficit de innovación y una productividad débil”, lo que amenaza con llevarla al estancamiento si no hay cambios significativos. En el último trimestre de 2023, el PIB de Alemania se contrajo un 0,3%, mientras que Francia e Italia crecieron ligeramente, un 0,1% y 0,2%, respectivamente.
Mientras pronósticos optimistas auguran a un crecimiento del 1% para la Unión Europea en 2024, China avanza con una previsión del 5%. Incluso el FMI reconoce que “China ha sido el principal motor del crecimiento económico mundial, aportando el 35% del crecimiento global del PIB nominal, frente al 27% de Estados Unidos.”
El crecimiento de Rusia para 2024 se estima en un 3%, superando a casi todos los países ricos. A pesar de las sanciones occidentales y la guerra, Rusia se ha consolidado como una economía de ingresos altos (superior a U$S 14.000 per cápita), umbral definido por el Banco Mundial para clasificar a los países como desarrollados.
En términos de bloques económicos, la UE avanza lentamente, con un crecimiento del 0,3% en el segundo trimestre de 2024, mientras que los BRICS muestran un crecimiento más sólido.
Sanciones y competencia entre BRICS y G7
Las sanciones impuestas por la Unión Europea, junto con Estados Unidos y el Reino Unido, buscan frenar el desarrollo de sus competidores. En el caso de Rusia, medidas como su exclusión del sistema Swift y el congelamiento de activos no han logrado frenar su crecimiento económico, como se mencionó anteriormente.
En términos de competencia, BRICS se despega. Desde 2010, el PIB de los BRICS ha crecido mientras que el del G7 ha disminuido. En 2023, el PIB de los BRICS (32%) superó al del G7 (29%). Además, el bloque BRICS sigue expandiéndose, con la reciente incorporación de Emiratos Árabes, Egipto, Etiopía e Irán.
El FMI también señala que los BRICS superan al G7 en cuatro áreas clave: proporción del PIB en términos de paridad de poder adquisitivo, población mundial, producción de petróleo y contribuciones al crecimiento económico global.
BRICS y la Unión Europea en América Latina
Desde 2015, China es el principal socio comercial de América del Sur y, desde 2019, el segundo socio de América Latina y el Caribe, según CEPAL. Mientras la Unión Europea sanciona y hostiga a Venezuela, China y Rusia apoyan explícitamente a su gobierno, e India mantiene relaciones comerciales estrechas, rechazando cualquier intervención militar.
En Bolivia, que alberga las mayores reservas de litio del mundo, Rusia y China han establecido acuerdos importantes, respetando la soberanía boliviana y el medio ambiente, en contraste con las prácticas europeas y estadounidenses. En cuanto a acuerdos regionales, las condiciones de la Unión Europea para un pacto con Mercosur no son favorables para Sudamérica, mientras que Mercosur avanza en negociaciones con China para un acuerdo más beneficioso.
En el contexto del Sur Global, la Unión Europea sigue promoviendo políticas neocolonialistas hacia África.
Global Gateway y EU-LAT Network
Global Gateway, presentada como “la estrategia europea”, busca “promover conexiones inteligentes, limpias y seguras en sectores como el digital, energético y de transporte, además de fortalecer los sistemas de salud, educación e investigación a nivel mundial”.
La red EU-LAT se define como “una red pluralista de movimientos y organizaciones europeas que promueven la solidaridad entre los pueblos de América Latina y Europa”.
La influencia de la Unión Europea en este continente está en constante declive.
La Unión Europea utiliza estas ONG para fomentar la operación de empresas latinoamericanas bajo su influencia. Pretende asegurar su presencia en la región, sin desistir de sus prácticas neocolonialistas, relaciones asimétricas y expoliación de los recursos del Sur, adornadas de discursos humanistas.
Por: Eduardo Mernies
Analista en Asuntos Internacionales
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